33.-LA EVANGELIZACIÓN REQUIERE CRISTIANOS ADULTOS EN SU FE (13-04-2025).
Colaboración semanal en clave misionera de Don Antonio Evans Martos, Delegado misiones en Córdoba. España (curso 2024-25).
Para poder anunciar el Evangelio de la esperanza hace falta una sólida fidelidad al Evangelio mismo. Por tanto, la predicación de la Iglesia en todas sus formas, se ha de centrar siempre en la persona de Jesús y debe conducir cada vez más a Él presentándolo en su integridad: no solo como modelo ético, sino ante todo como el Hijo de Dios, el Salvador único y necesario para todos, que vive y actúa en su Iglesia. Para que la esperanza sea verdadera e indestructible, debe ser una prioridad en la acción pastoral la predicación íntegra, clara y renovada, de Jesucristo resucitado, de la resurrección y de la vida eterna.
Si bien el Evangelio que se ha de anunciar es siempre el mismo, los modos en que dicho anuncio puede hacerse son diferentes. Cada uno está llamado a “proclamar” a Jesús y la fe en Él en todas las circunstancias: a “atraer” a otros a la fe poniendo un práctica formas de vida personal, familiar, profesional y comunitaria que reflejen el Evangelio; y a “irradiar” en su entorno alegría, amor y esperanza, para que muchos, viendo nuestras buenas obras, den gloria al Padre que está en los cielos (cf Mt 5,16), de tal modo que sean “contagiados” y conquistados.
Pero no basta solo el anuncio, nuestra sociedad reclama testimonios de vida, evangelizadores creíbles, en cuya vida, en comunión con la cruz y la resurrección de Cristo, resplandezca la belleza del Evangelio. Estos evangelizadores han de ser formados adecuadamente. Hoy más que nunca se necesita una conciencia misionera en todo cristiano.
Hoy son decisivos los signos de la santidad, requisito previo esencial para una auténtica evangelización capaz de dar de nuevo esperanza. El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escucha a los que enseñan es porque dan testimonio. Hacen falta testimonios fuertes, personales y comunitarios, de vida nueva en Cristo.
En síntesis, el anuncio del Evangelio de la esperanza comporta que se promueva el paso de una fe sustentada por costumbres sociales, aunque sean apreciables, a una fe más personal y madura, iluminada y convencida. Los cristianos han de tener una fe que les permita enfrentarse críticamente con la cultura actual, resistiendo a sus seducciones; incidir eficazmente en los ámbitos culturales, económicos, sociales y políticos; manifestar que la comunión entre los miembros de la Iglesia católica y con los otros cristianos es más fuerte que cualquier vinculación étnica; transmitir con alegría la fe a las nuevas generaciones; construir una cultura cristiana capaz de evangelizar la cultura más amplia en que vivimos.
El ministerio de la Palabra, la celebración de la liturgia y el ejercicio de la caridad, se deben orientar a la edificación y el sustento de una fe madura y personal.
Para todo ello, la catequesis debe ser apropiada a los diversos itinerarios espirituales según las edades y condiciones de vida, previendo además formas adecuadas de acompañamiento espiritual y de descubrimiento del propio Bautismo. El Catecismo de la Iglesia Católica es punto de referencia.
Cultivar o relanzar el ministerio de la catequesis como educación y desarrollo de la fe de cada persona, de modo que crezca y madure la semilla puesta por el Espíritu Santo y transmitida con el Bautismo. Una catequesis orgánica y sistemática es sin duda alguna un instrumento esencial y primario para formar a los cristianos en una fe adulta.
UNA LISTA DE TODOS LOS MENSAJES MISIONEROS DEL 2024-2025.
Don Antonio Evans Martos. Delegado Episcopal de Misiones en Córdoba-España.
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